29 septiembre 2008

Psicosis III. Maternalización

Habiendo abordado en posts anteriores la encrucijada significante a la que se ve abocada la psicosis, retomamos el principal dilema esquizofrénico: la feminización del falo y el destierro de la castración. En un más acá de la Metáfora Paterna, algunos individuos quedan cristalizados en la relación binaria materna, subsistiendo en tanto en cuanto esa relación se mantenga salvaguardando el ejercicio fálico en ese otro campo feminizado.
Desestructurados en un simbólico apenas funcional, la clínica psicótica exige de un modo particular de hacer terapia, alejada de la introspección clásica que -en estos sujetos- desencadenaría una mayor sintomatología.
Aquí no se acaban las diferencias terapéuticas, pues en el tratamiento de la esquizofrenia el profesional debe arrinconar la regla de abstinencia y movilizar -por contra- todo un abanico contratransferencial, en un intento de recrear la primera relación primigenia. De esta forma, no debería sorprendernos que muchos autores defiendan la práctica de terapias maternalizantes, en un intento de ubicar al analista, no ya en la consabida posición del Gran Otro (aquí desestructurante), sino en la arriesgada ubicación de la Única Otra.
En cuanto a ésta maternalización subyacente, cabe recordar que el análisis de la neurosis (a diferencia del propuesto para la psicosis), por lo común se basa en el desempeño de una representación simbólica, a menudo incluso superyóica. En palabras del propio Freud, y en lo referente al fenómeno de transferencia:

«[...] las relaciones reales con los médicos hacen que sea la imago del padre [...] la determinante [...]»

Les recomiendo la lectura:

5 comentarios:

Ana Tapia Racionero dijo...

Gerardo, ¿por qué, en el caso de la esquizofrenia, el analista debe dejar apartada la regla de abstinencia? no entiendo bien esta posición del analista. Por cierto, enhorabuena por los artículos.

Gerardo Fernández Santamaría dijo...

Ana, la regla de abstinencia, en clínica neurótica, equivale a no permitirle al paciente cualquier "satisfacción sustitutoria" que pudiese entorpecer la apuesta libidinal en el sittin'. Esto equivale a que el analista debe ser cauto de no ubicarse en las posiciones transferenciales que el analizado demanda para eternizar su recorrido patológico.
Como comprenderás, en clínica psicótica sí se propone realizar ésa concesión: se acata la demanda del paciente desde un posicionamiento materno.
Espero haberte aclarado las dudas, de lo contrario... ¡Insiste!
Un abrazo.

Carolina González dijo...

Si no he entendido mal, con la regla de abstinencia se le ofrece al sujeto la posibilidad de colocar al analista en la posición que necesite en un momento dado, no?. Como la posición que busca el esquizo es la materna, hay que dejarle que nos coloque en ella para así poder trabajar con él...
Igual me estoy liando...
Help!!!

Gerardo Fernández Santamaría dijo...

Correcto, Carolina. Por cierto, me consta que en ocasiones tú misma te has colocado en una situación semejante con una paciente esquizofrénica. ¡Te invito a que nos comentes la experiencia!

Anónimo dijo...

Acabo de leer tu mensaje, las semanas se van complicando.Un día en una charla sobre como tratar con este tipo de patologías me aconsejastes colocarme en posición materna con una paciente, mucho más mayor que yo, y los resultados fueron sorprendentes.
De esto hace tiempo, pero cuando voy a visitarla todavía utiliza el mismo registro conmigo.
Si os parece, con el permiso de todos, redacto una breve historia sobre esta paciente y la compartimos con todos los visitantes.
Espero noticias tuyas.
Saludos