Para continuar nuestro breve acercamiento a la elección de pareja (aunque hemos de reconocer que nos movemos por las pesimistas aguas de la patología), hoy cuelgo en el tendedero el tercer artículo al respecto: el que aborda la vía narcisista y los sujetos que a ella se afilian.
Después de haber indagado los entresijos del anaclitismo y las características de los amados, en el documento se analiza el perfil fantasmático de los amantes (que ya adelanto no deja de ser un posicionamiento igualmente artificioso e incluso patológico). Allí donde el sujeto anaclítico se afilia a la vertiente del TENER, el narcisista deambula por la creencia del SER. Así se cierra la mascarada de las presunciones fálicas y castradas, el baile de los enquilosados esquemas de género, la contrapartida -a menudo fallida- del eterno tópico de la media naranja.
Después de haber indagado los entresijos del anaclitismo y las características de los amados, en el documento se analiza el perfil fantasmático de los amantes (que ya adelanto no deja de ser un posicionamiento igualmente artificioso e incluso patológico). Allí donde el sujeto anaclítico se afilia a la vertiente del TENER, el narcisista deambula por la creencia del SER. Así se cierra la mascarada de las presunciones fálicas y castradas, el baile de los enquilosados esquemas de género, la contrapartida -a menudo fallida- del eterno tópico de la media naranja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario